El tejido como expresión artística
Las
actividades relacionadas con el tejido nos han permitido relacionarnos con
materiales diversos en cuanto a su naturaleza y la expresión artesanal, en la
que se hermana el sentido funcional con el sentido estético y artístico.
Parte
de nuestra formación la hemos dedicado a introducirnos en la elaboración de
tejidos basados en distintas técnicas: kumihimo, ganchillo y telar.
En
el proceso de realización hemos sido conscientes de los muchos beneficios
personales que son trasladables al ámbito educativo. Destacamos alguno de
ellos:
1. Favorecer
la atención y la concentración.
En los talleres hemos vivenciado como a través de la actividad manual hemos
conseguido aquietar la mente y mantenerla en la actividad sin que la mente salte de un pensamiento a otro.
2. Reforzar
el desarrollo de habilidades manuales como son la movilidad, coordinación,
orientación espacial y lateralidad. En
el ámbito educativo las actividades manuales forman parte de contenidos
escolares ya que preparan o favorecen el desarrollo de capacidades o
habilidades, por ejemplo la escritura. La actividad artesanal permite
introducirlas poniendo el foco en otro centro distinto al ejercicio. Por tanto,
puede ser un elemento de motivación cuyo resultado variará en función de lo que
se persiga: hacer tu propio juguete, adorno, etc.
3. Fomentar
el desarrollo creativo y flexible desde la actividad manual. Aunque no siempre es
reconocido, las actividades artísticas facilitan la asunción de procesos en tanto
que secuencia de pasos para obtener un resultado o dar la solución a un
problema dado. Con ello estamos
favorenciendo, por tanto, una organización física e intelectual de aplicación
en todos los ámbitos de la vida.
Por
otra parte, la experimentación con las distintas técnicas nos ha llevado a
generar ideas y proyectos tanto a nivel profesional como personal.
4. Facilitar
el desarrollo y la estabilidad emocional de cada persona. Las actividades manuales
favorecen aspectos tan relevantes como una autoestima positiva y un
autoconcepto más ajustado. Generan, por otra parte, emociones y sentimientos
más placenteros y de disfrute que predisponen a una tarea determinada.
Cada
uno de nosotros/as hemos tenido una manera de abordar los distintos trabajos
artesanales propuestos. Se debe a multitud de variables que tienen que ver con
la historia personal de cada uno, así como la manera en que aprende, recibe y
asimila los aprendizajes. La disposición del grupo ha hecho que, cada uno a su
ritmo, haya vencido resistencias individuales, dando paso a seguridad y, con
ella, a vivencias más positivas y emocionalmente más constructivas.
5. Favorecer
la relación con los demás, la comunicación y el vínculo afectivo. Es importante destacar
que en la actividad manual nos ha hecho estar más disponibles hacia el otro.
Desde la distensión del diálogo, el respeto hacia el silencio y la
concentración, hasta una mayor facilidad
para pedir ayuda y para darla. Desde el punto de vista emocional, por tanto,
resulta más que aconsejable y aprovechable para la mejora de la convivencia e
integración escolar del alumnado, y de toda la comunidad educativa.
TALLER DE KUMIHIMO
Con
este taller nos acercamos a una técnica de tejido y exploramos
las posibilidades de la expresión artística que permiten desarrollar
y descubrir el placer de producir, crear
y hacer con otros materiales.
El
kumihimo es una técnica de trenzado japonés que se hace con hilos de seda para
hacer cordones de colores.
El
uso histórico más destacado de las cuerdas o cordones era parte de los samurái
tanto como una forma funcional y decorativa para atar su armadura. En la actualidad
se utilizan como lazos en chaquetas haori y obijimes, y también para atar el
obi (cinturón del kimono).
En
la actualidad se utiliza un disco, sustiuyendo así al tradicional madurai. El disco, generalmente, está hecho de espuma
firme pero flexible, con muescas y numerado.
Existen
dos tipos de disco: uno redondo para trenzados con forma redonda. Y otro
cuadrado para trenzados con forma plana.
Los
cordones trenzados con esta técnica tienen diversos usos, por ejemplo, para hacer pulseras, adornos para bolsos,
colgantes,…, en nuestro taller elaboramos un llavero.
Para
ello utilizamos los siguientes materiales:
·
Disco
circular para kumihimo.
·
Hilos
de seda de distintos colores: 8 hilos de 70 cm distribuidos de dos en dos por
color.
·
Anilla
de llavero.
·
Accesorios
de bisutería o abalorios.
El cordón
1.
Elegimos
cuatro hebras de colores que enganchamos al aro de llavero doblando el hilo,
con lo que obtuvimos ocho 8 Hilos de seda de unos 35 cm de longitud –
Distribuidos por color de la siguiente manera: 2 + 2 + 2 + 2.
2.
En
segundo lugar, introducimos el aro del llavero en el centro del disco y
colocamos los hilos en las ranuras del disco.
3.
Posteriormente,
comenzamos a tejer el cordón con el siguiente procedimiento:
Movemos
el hilo de la derecha de arriba abajo, de modo que quede a la derecha de los
hilos de abajo.
Tras
esto, movemos el hilo de la izquierda de abajo a arriba, de odo que queda a la
izquierda de los hilos de arriba.
Por último, gira el disco un cuarto de vuelta en el sentido contrario a las agujas del reloj.
TALLER DE TELAR
En este caso
elegimos acercarnos a la técnica del telar con un sencillo telar circular.
Para ello
utilizamos los siguientes materiales:
- Un círculo de cartón.
- Lana o trapillo
- Unas tijeras y
- Una aguja de lana.
El telar o
urdimbre
Lo primero que
hicimos fue montar la urdimbre. Para ello tomamos la medida de un CD y
recortamos un círculo de cartón. También es posible realizarlo con el propio CD
o plato de cartón.
Continuamos
haciendo unos cortes en el borde del
círculo. Necesitamos un número impar de muescas para que, al completar las
vueltas con la hebra en cada uno de los radios de la urdimbre, ésta quede
cubierta una vez por encima y otra por debajo de forma alterna.
Nosotros hicimos
once muescas o cortes a una distancia de más o menos 1 cm entre ellos.
Hecho los cortes colocamos la urdimbre. Pusimos la lana en cada uno de los cortes, enfrentando siempre la hebra, excepto la última que se vuelve a pasarse sobre el mismo corte y recoge al centro todos los demás. En este caso no nos quedará un único hilo, pero lo consideraremos como tal. Anudamos detrás. La forma que nos tiene que quedar recuerda a una rueda de bicicleta.
El tejido
Listo el telar,
comenzamos el tejido. Ayudados de una aguja de lana vamos pasando la lana una
vez por arriba y otra por debajo del hilo de la urdimbre de forma alterna,
tratamos de acercar el tejido hacia el centro. Siempre tejeremos en el mismo
sentido hasta que consideremos nuestro trabajo acabado.
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